Los estudiantes secundarios chilenos decidieron mantener un paro indefinido, tras concluir ayer una negociación con el gobierno, que se prolongó por más de cuatro horas y que continuará hoy miércoles.Así lo informó en rueda de prensa, César Valenzuela, uno de los 25 dirigentes de la Asamblea Nacional de Estudiantes Secundarios, quien participó en la reunión que encabezó por parte del gobierno, el ministro de Educación, Martín Zilic.
"El llamado es a todos nuestros compañeros que participan de la movilización y a quienes no se han adherido a la paralización de las actividades en los colegios, y no a salir a las calles", enfatizó el dirigente. que sigan nuestras indicaciones", afirmó Valenzuela sobre la protesta que llevan a cabo unos 600 mil estudiantes.
Los estudiantes, que no dieron detalles sobre las negociaciones con el gobierno, informaron sólo de que se acordó una nueva reunión con las autoridades del Ministerio para hoy miércoles.
El ministro Zilic planteó que el gobierno espera que en esa cita se llegue a "feliz término" lo que denominó la "agenda corta", que al parecer incluye las demandas más inmediatas de los estudiantes, esto es, la gratuidad de las Pruebas de Selección Universitaria (PSU), del pase escolar y del transporte urbano para estudiantes.
La PSU tiene actualmente un costo de 19,600 pesos (37.69 dólares); el pase escolar, que es una suerte de documento de identidad para varios usos, cuesta 2,600 pesos (5 dólares), y el pasaje escolar en el transporte urbano, 120 pesos (0.23 dólares).
También señaló que se definirán los temas que se incluirán en una "agenda larga", presumiblemente compuesta por la reforma de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE) y de la jornada escolar completa, que requieren de una negociación más larga y completa, pues es materia legislativa.
"Nosotros les dijimos lo que podíamos y no podíamos avanzar. Hemos llegado al acuerdo de continuar mañana las conversaciones. Eso es todo cuanto podemos informar", subrayó Zilic.
"Estamos en un buen punto de diálogo; No hagamos de esto una guerra, sino una oportunidad para mejorar la calidad de la educación", concluyó el ministro.
La jornada de paro estuvo plagada de incidentes, que dejaron una decena de heridos y al menos 510 detenidos.
Incluso la Biblioteca Nacional, en pleno centro de Santiago, donde el ministro de Educación se reunía con los dirigentes de la ACES, se llenó de gases lacrimógenos lanzados en el exterior por la policía, que trataba de dispersar las manifestaciones.
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