LA “ UE OFRECE DULCES POR ORO”

El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, rechazó ayer el valiente paquete de incentivos preparados por los europeos para premiar a Irán si abandona su vigente programa nuclear em- pezando por la cancelación del proceso de enriquecimiento local del uranio.

Fiel a su estilo retórico, colorista y didáctico, dijo que la oferta era como si estuvieran lidiando con un niño de cuatro años, tratando de engañarlo para que entregara oro a cambio de nueces y chocolates,dijo que no morderá el anzuelo por segunda vez, una alusión a la aceptación en el 2003 de una suspensión del programa para reforzar la negociación con la 'troika' europea y solo sirvió para que al término de la moratoria se le exigiera el fin incondicional del proceso.

El paquete de incentivos tiene, en efecto, muchos y buenos: un gran acuerdo comercial, cooperación en la industria energética (¿una refinería, tan absolutamente necesaria?), aceleración de la negociación para el ingreso en la OMC y, si se confirma, el montaje de un reactor nuclear de agua ligera, blindado contra la proliferación, aunque esto tomará tiempo y, de hecho, sería más una promesa que una realidad.

Pero al paquete le falta algo que el trío franco-anglo-alemán no puede dar: las garantías políticas y de seguridad que Teherán espera de los Estados Unidos. La experiencia con Corea del Norte prueba que de poco vale negociar si Washington no abandona la tesis del (eventual) cambio de régimen y la posibilidad de recurrir a medios militares (el eufemismo de que «todas las opciones están sobre la mesa del presidente»).

En los Estados Unidos han rehusado hasta ahora hacer nada que pueda dar legitimidad política al régimen islámico, ubicado en su día por Bush en un eje del mal junto al Irak de Sadam Husein y pasado después a la ominosa lista de baluartes de la tiranía, junto a Cuba, Zimbawe, Siria y Birmania. Muchas voces de peso -Zbigniew Brzezinski, John McCaine, Madeleine Albright- han pedido en las últimas semanas hablar directamente y de todo con Irán y abandonar la curiosa posición actual, en la que los norteamericanos delegan en el trío.

Sin un cambio en ese orden parece imposible avanzar. De momento, la reunión del viernes de la 'troika' con americanos, chinos y rusos en Londres ha sido aplazada para perfilarla mejor. Pekín saludó la aparición del reactor civil en el paquete y Moscú reiteró que nunca votará en la ONU el eventual uso de medios militares contra Irán.